Si hablamos de Martorell no podemos evitar asociarlo al Pont del Diable (Puente del Diablo), el principal monumento histórico de esta ciudad del Baix Llobregat.
El Pont del Diable, también conocido como puente de Sant Bartomeu, es un puente con leyendas y mucha historia, declarado Bien Cultural de Interés Nacional.
Es uno de los pocos vestigios que se conservan de la Vía Augusta romana.

Está situado entre las poblaciones de Martorell y Castellbisbal y cruza el río Llobregat justo después de la desembocadura del río Anoia, uniendo las comarcas del Baix Llobregat y el Vallès Occidental.
Desde su construcción en el año 10 a.c ha tenido varias reconstrucciones a lo largo de la historia. Te las contamos aquí.
El Pont del Diable,un poco de historia
El puente se construyó en el año 10 a.c. por las legiones romanas III (Macedonica), VI (Victrix) y X (Gemina), según las marcas identificadas en algunos de sus sillares. Su longitud inicial era de 130 metros y tenía un ancho de 10 metros. Estaba diseñado para el paso de carros tirados por animales para el transporte de diferentes cargas. Era un puente prácticamente horizontal, tal y como se puede apreciar en ambos extremos.
Una riada destruyó la parte central y en el año 1143 tuvo lugar su primera reconstrucción. De esta época, el arco es el testimonio más importante.

Se desconoce la fecha de destrucción del puente romano, pero en el año 1283 se inició la construcción del puente de estilo gótico de aspecto similar al actual. Este puente ya no permitía el paso de vehículos y quedó destinado sólo al paso de animales.
En 1768 volvió a ser restaurado, en esta ocasión por un ingeniero militar, construyendo una caseta de caballería.
En 1939, durante la Guerra Civil Española, y coincidiendo con la retirada del Ejército Popular Republicano, el puente fue volado y no se restauró hasta 1963, manteniendo la estructura gótica del año 1283. Este es el puente que se ve en la actualidad.
Las leyendas del Puente del Diablo
En muchas ocasiones hay lugares envueltos en historias y leyendas, y a nosotros nos encanta conocerlas, y contarlas.

En este caso hay dos que circulan alrededor del puente:
El diablo, la vieja y el gato.
Una de las leyendas cuenta que una vieja debía cruzar cada mañana el puente para ir a buscar agua a la Fuente del Eudó, situada al otro lado del río. Cuando había poca agua, cruzaba a pie mojándose las piernas, pero cuando el río venía muy crecido, le obligaba a dar una gran vuelta que le llevaba horas de camino.
Uno de esos días, se le apareció el Diablo e hizo un trato con ella: construiría un puente en una sola noche a cambio del alma de quien primero lo cruzara. La vieja aceptó y, a la mañana siguiente, cuando el diablo esperaba que la vieja cruzara el puente se llevó una gran sorpresa. La vieja, más lista que el Diablo, cogió un gato negro y lo metió dentro de un saco y por la mañana, justo antes de pisar el puente, soltó el gato, siendo esta el alma que se llevó el Diablo.
El Diablo, la sirvienta y el gallo.
La otra leyenda cuenta que junto al río Llobregat, había un hostal muy importante. Una sirvienta del hostal se pasaba la mayor parte del día haciendo viajes a la Font de l’Eudó para ir a buscar agua para los huéspedes del hostal. La fuente estaba al otro lado del río y cuando el río bajaba con mucha agua, la sirvienta no podía cruzar.
Un día que había llovido mucho, la sirvienta, desesperada, prometió su alma al diablo si éste le hacía un buen puente para poder cruzar cómodamente.
Al momento se le apareció un caballero que le prometió hacer un gran puente en una sola noche a cambio de su alma. Ella aceptó, pero el trato no fue con un caballero, sino con el mismísimo diablo.
El diablo, trabajó toda la noche y cuando solo le quedaba una piedra por colocar, ya muy cerca de la madrugada, pasó por delante de Can Cortès, y al hacer ruido despertó al gallo de esta casa que se puso a cantar anunciando el día. El diablo, que sólo puede trabajar durante las horas de oscuridad, al oír cantar al gallo creyó que ya era de día. No habiendo tenido tiempo de terminar el puente, soltó con rabia la piedra que llevaba, la cual se clavó cinco metros bajo tierra. Desde entonces, la Piedra del Diablo fue el centro de bailes y fuegos paganos la noche de San Juan.

Junto al Pont del Diable
En uno de los accesos del puente, quedaron al descubierto restos de los sillares romanos que indican las legiones romanas que lo construyeron.

Junto a estos restos, se encuentra la Font del Eudó, protagonista de las leyendas.

Siguiendo por el camino junto al río después de la fuente del Eudó, se llega a la Font de les Malaltes (fuente de las enfermas), una fuente construida en el año 1499 y restaurada en 1975, de la que se creía que tenia propiedades terapéuticas. Muchos poetas se han inspirado en ella, y se puede leer un fragmento de un poema junto a la fuente.

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